Nuestro
territorio es mucho más complejo, es un pedazo de tierra: nuestra casa, nuestra
oficina. Es un espacio: nuestro auto, nuestras posesiones. Pero además es un
rol social, emocional y afectivo. Necesitamos de un espacio virtual en donde
sentirnos identificados y reconocidos por los demás, una clase socioeconómica, una
filiación (colegio, equipo de fútbol, grupo de amigos, etc.). Nuestra capacidad
de influir en nuestro entorno estará determinada por la habilidad de persuadir,
convencer o forzar a los demás en reconocer que tenemos razón. Aún si no somos
capaces de eso al menos queremos llamar la atención. Muchas veces somos eso
elefante de mar, arrasando con lo que se encuentra en el camino para alcanzar
el objetivo, a esa ilusión que llamamos éxito.
Creo que a
todos les puede quedar claro el caso del elefante macho, ¿no?, pero analicemos
bien la situación, ¿Es este macho el único que quiere asegurar sus genes?, ¿Es
el único que quiere llamar la atención? Lo dudo mucho. Alrededor del macho en
carrera varios individuos gritan, vocalizan fuertemente sin siquiera ser
tocados, hembras, juveniles y machos subadultos se alejan del camino del macho
alfa haciendo un escándalo que parece desproporcionado. En la mirada de ellos también
quieren asegurar sus genes para el futuro en la población, en este caso no a
través del uso de la fuerza y territorialidad, sino por el contrario
demostrando que son inferiores, que son víctimas, se alejan gritando como su
hubieran sido heridos. Con esto se aseguran no ser dañados y seguir viviendo.
Esto también puede ser considerado como Ego, pues cumple con el mismo objetivo.
En efecto
en nuestro caso humano, también podemos llamar la atención mostrándonos como
víctimas de todo, como los no queridos, como los malasuerte, como los enfermos.
Sólo queremos llamar la atención de otra manera, pero es lo mismo, es otra
forma de identificación del Ego.
Entonces
tenemos dos roles clásicos del Ego: El súper héroe y la víctima….. ¿A qué casta perteneces tú?