sábado, 10 de diciembre de 2011

Evolución y Ego III

El gran macho de elefante marino despliega una enorme parafernalia para defender su territorio y alejar a otros machos, de paso impidiendo que las hembras de su harem puedan ser cruzadas. En el camino se lastima a sí mismo, con las rocas o con las peleas con otros machos, pero pareciera que no se percata de ello. En el camino aplasta a una de sus crías, pero pareciera que no se percatara.

Nuestro territorio es mucho más complejo, es un pedazo de tierra: nuestra casa, nuestra oficina. Es un espacio: nuestro auto, nuestras posesiones. Pero además es un rol social, emocional y afectivo. Necesitamos de un espacio virtual en donde sentirnos identificados y reconocidos por los demás, una clase socioeconómica, una filiación (colegio, equipo de fútbol, grupo de amigos, etc.). Nuestra capacidad de influir en nuestro entorno estará determinada por la habilidad de persuadir, convencer o forzar a los demás en reconocer que tenemos razón. Aún si no somos capaces de eso al menos queremos llamar la atención. Muchas veces somos eso elefante de mar, arrasando con lo que se encuentra en el camino para alcanzar el objetivo, a esa ilusión que llamamos éxito.

Creo que a todos les puede quedar claro el caso del elefante macho, ¿no?, pero analicemos bien la situación, ¿Es este macho el único que quiere asegurar sus genes?, ¿Es el único que quiere llamar la atención? Lo dudo mucho. Alrededor del macho en carrera varios individuos gritan, vocalizan fuertemente sin siquiera ser tocados, hembras, juveniles y machos subadultos se alejan del camino del macho alfa haciendo un escándalo que parece desproporcionado. En la mirada de ellos también quieren asegurar sus genes para el futuro en la población, en este caso no a través del uso de la fuerza y territorialidad, sino por el contrario demostrando que son inferiores, que son víctimas, se alejan gritando como su hubieran sido heridos. Con esto se aseguran no ser dañados y seguir viviendo. Esto también puede ser considerado como Ego, pues cumple con el mismo objetivo.

En efecto en nuestro caso humano, también podemos llamar la atención mostrándonos como víctimas de todo, como los no queridos, como los malasuerte, como los enfermos. Sólo queremos llamar la atención de otra manera, pero es lo mismo, es otra forma de identificación del Ego.

Entonces tenemos dos roles clásicos del Ego: El súper héroe y la víctima…..   ¿A qué casta perteneces tú?