viernes, 14 de enero de 2011

Síndrome Encuevamiento

"Cuando la ciudad y el bosque sean funcionalemnte indistiguibles, será cuando realmente nos sintamos en casa en este planeta" Janine Benyus


Cuando estás en casa, encerrado en la habitación, viendo TV, escuchando música, chateando, estas sufriendo el síndrome encuevamiento. Te dejas de sentir estimulado, te sientes cansado, aburrido, te deprimes. Es un mini estado de hibernación. Es la respuesta natural al encuevamiento.


Cuando las mujeres y hombres ancestrales necesitaban refugiarse en las cuevas durante el día era porque llovía, nevaba o las condiciones climáticas no eran las apropiadas para desarrollar la tarea de seguir sobreviviendo en la Tierra. Entonces, como forma de evitar el consumo de energía, el cuerpo entra en una forma de aletargamiento, un standby, esperando que la tormenta pase para volver a salir y recibir el estímulo de la naturaleza, del sol, de las plantas, del viento, de los todos los seres de este planeta. A esa condición de aletargamiento le llamo el síndrome encuevamiento.


Uno de los grandes problemas del Ser humano moderno es que pasa la mayor parte del día encuevado, no es raro entonces que la gente se sienta cansada y deprimida. Su cuerpo no hace otra cosa que responder a miles de años de evolución y disminuye su actividad, se aletarga y deprime.


No existe nada más extraño, nada más anormal que los sitios que hemos construido para vivir, vivimos encerrados en departamentos DFL2, en oficinas de 6m2 de concreto o bien paredes que no son paredes. La mayoría de los hogares no tienen estímulos ambientales, pasamos de la cueva de la casa, a la cueva del metro, a la cueva de la oficina, vivimos encuevados y por lo tanto nos falta energía vital. Será por eso que compensamos esta deficiencia con el deporte al aire libre, con fines de semana en la playa, con baños en la piscina. En esos momento entramos en contacto con los elementos y nuestro metabolismo sube, nuestra vitalidad mejora y el ánimo se incrementa.

Creo que tenemos que buscar la forma de hacer de nuestros hogares un buen refugio, pero al mismo tiempo tener los estímulos que requerimos del sol, luz, viento, agua, fuego para sentirnos identificados con lo que realmente somos y no con lo que hemos pretendido ser. Somos seres vivos, hijos de esta Tierra, con la cual hemos construido una historia, con una interacción que sin saberlo añoramos y necesitamos. No somo seres que son felices en un mundo autogenerado de cosas que son transitorias y la mayoría de las veces de mentira. Necesitamos la vuelta a esta interacción. En la medida que nuestros casas, lugares de trabajo, nuestros sistemas de transporten comiencen a armonizar con la Naturaleza, lograremos sentirnos cómodos, acogidos y plenos.

2 comentarios:

Felipe dijo...

No sé si entendí bien la idea. Creo que sí, en parte el encerrarse contribuye a aumentar la ansiedad y la depresión, pero creo que esto también se podría desarrollar en personas que no practiquen lo que denominas "encuevamiento". No creo que sea bueno sugerir que la depresión nace por esto.

Unknown dijo...

Ya pos brother escribete algo nuevo! Andai con flojera bloguistica igual que yo.

Te quiero.